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Tradiciones del Ecuador

               EL DÍA DE LOS DIFUNTOS

 

Así como la Semana Santa tiene su propio sabor, el de la fanesca, el Día de Difuntos, el 2 de novimebre, tiene a la colada mordad, un plato de dulce que se acompaña de las "guaguas de pan", una herencia gastronómica española e indígena.

Las "guaguas de pan" son muñecas de masa que recuerdan el episodio bíblico en que el Rey Heroders mandó a decapitar a los niños recién nacidos con la intención de matar al Niño Dios , el infante Jesús.

Esta tradición dejada por los conquistadores se fundió rápidamente con las manifestaciones culturales indñigenas. Los nativos solían vestirse de luto y ofrecer comida y bebida a las almas de sus muertos, una práctica que todavía se mantiene vigente en pueblos aledaños a la capital donde los indígenas van hasta los cementerios para depositar alimentos en las tumbas de sus seres queridos fallecidos.

El otro plato mecionado, la colada morada, era preparada en los viejos tiempos como si fuera todo un ritual gastronómico. Además se preparaba en tal cantidad que era común invitar a toda la familia lo mismo que a los vecinos del barrio. En aquellos días una jarra grande la mazamorra dorada y una guagua hecha con mantequilla no costaba más de un sucre.

Y aunque los precios han aumentado notoriamente, no por esto la colada morada y las guaguas han perdido su sabor ni su lugar en el gusto de los quiteños. Por supuesto que a parte de esta tradición culinaria tampoco se ha borrado la costumbre de visitar ese día el cementerio y dejar algunas flores en la tumba de aquellos que se nos adelantaron en el viaje al más allá.

 

               EL CARNAVAL SE JUEGA CON AGUA

 

Desde siempre el juego del Carnaval fue un poco salvaje. Lanzar harina, agua, huevos a cualquier persona es parte de un juego libre que nadie ha podido reprimir, ni siquiera las amenazas de las autoridades han podido poner freno a algo que es parte de las tradiciones arraigadas de la quiteñidad.

Durante los tres días y los previos, los baldes de agua, los globos, lavacaras y mangueras son las armas que los quiteños utilizan para dar un baño carnavalesco a su prójimo. De siete a siete, desde que el sol sale hasta que se pone, las calles y plazas son los campos de acuática batalla donde la gente da rienda suelta a la alegría.
Cuentan que en otros tiempos, incluso en las piletas públicas se sumergía a los carnavaleros y que en algunos barrios como San Roque o La Tola el carnaval alcanzaba las proporciones de una verdadera guerra cuando bandos de ambos barrios salían a enfrentarse con agua, muchos huevos y toneladas de harina.


               LA SEMANA SANTA

 

Con una marca de ceniza en forma de cruz en la frente se celebra el "Miércoles de Ceniza", inicio de la cuaresma o los 40 días previos a la Semana Santa.La llegada de la modernidad no ha hecho estragos en la religiosidad de los habitantes de Quito. Incluso hoy en día, el Domingo de Ramos se celebra con el mismo fervor que siglos atrás, El romero y el sahumerio son infaltables acompañantes de los quiteños en la tradicional misa que abre la Semana Mayor del catolicismo.Además de la fuerte presencia de la devoción religiosa, hay otros elementos que han sobrevivido al tiempo como la tradicional fanesca, un plato que se elabora con granos y pescado seco que según algunas investigaciones es un plato que se remonta incluso a las primeras comunidades cristianas que escondidos de la persecución romana, los únicos alimentos que podían guardar en las catacumbas eran precisamente los granos y el pescado.Una labor en conjuntoLa tradición dice que el Jueves Santo, las abuelas madrugaban para elaborar este plato ayudadas por toda la familia. Después todos se reunían la mediodía para comer juntos este potaje que conmemora la última Cena de Jesucristo y sus apóstoles.Las viejas matronas guardan en su memoria los recuerdos de la solemnidad que se vivía en Quito en esas fechas, especialmente durante la procesión de Viernes Santo cuando todos salían vestidos de luto y se unían a la procesión de las cinco de la tarde que visitaba siete iglesias, por las siete estaciones de la pasión de Cristo.El viernes santo se repetía la fanesca acompañada del molo, una especie de puré de papas, el arroz de leche, los duraznos con crema y alguna agua aromática con un poquito de licor. Ese día el plato se servía a las 11 de la mañana ya que era obligatorio escuchar al mediodía el "Sermón de las Tres Horas", solemne servicio litúrgico que se reproducía en cada iglesia de la ciudad.El Sábado de Gloria la ciudad entraba en un letargo que explotaba en el alegre repicar de las campanas que anunciaban la resurrección de Cristo el día domingo de  Pascua. 

 

               Los Amorfinos

 

En las fiestas se cantan o recitan los amorfinos, es decir versos dedicados a las muchachas bonitas.  Se acompañan de una vigüela o guitarra.

 

               Las Serenatas

 

Casi se ha perdido esta tradicional costumbre.  Novios, esposos o amigos contrataban tríos o dúos de artistas para que cantaran canciones románticas al pie del balcón de sus amadas.

Si el pretendiente era hábil, cantaba él mismo acompañado de una guitarra.

El número de canciones dependía del grado de amistad y relación.

 

               Los Rodeos

 

Son una costumbre que se realiza en diversos pueblos de la Costa. 

Al rodeo asiste gente de toda edad y condición. Los hombres participan en la doma de potros, en el toreo y otros juegos que demandan mucha capacidad  y valentía.

Las jovencitas concursan en la elección de la muchacha más linda o de la más diestra en la confección de golosinas.


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JUAN CARLOS VIDAL PLACENCIA

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